A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Altísimo, y los otros presos los escuchaban. para que os dé, conforme a las riquezas de su edén, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu Este libro https://juliao633jrh0.popup-blog.com/profile